Una treintena de socias y amigos de Women in a Legal World han participado esta mañana en un desayuno de networking organizado por Sonia Gumpert y Marina Pozas, vicepresidenta y vocal de la Junta de WLW, y protagonizado por Silvia Escribano, abogada, coach, speaker nacional e internacional y socia de Isavia, una consultora especializada en bienestar y felicidad organizacional.
El encuentro se ha iniciado con unas palabras de la presidenta de WLW Marlen Estévez, quien ha explicado los nuevos proyectos estratégicos de la Asociación, incidiendo en la reciente constitución del Consejo Asesor de WLW, conformado por relevantes personalidades del sector legal, y en la convocatoria de la primera edición de los Premios WLW, proyecto para el que ha solicitado la colaboración de las socias aportando nombres de posibles candidatas para las diferentes categorías.
Silvia Escribano, por su parte, ha hablado a los asistentes de la felicidad, un concepto hasta ahora vinculado casi exclusivamente al entorno familiar o doméstico y ajeno al ámbito empresarial y laboral, que puede y debe encontrar la forma de hacerse realidad en nuestras empresas, despachos e instituciones por los efectos beneficiosos de su implantación. En concreto ha mencionado como beneficios directos de la felicidad organizacional, apoyada en informes científicos: la reducción del absentismo, de la rotación y de la accidentalidad, y el aumento de la productividad.
“Ser feliz no es una meta, sino una decisión individual que se ha de adoptar con firmeza”
“Ser feliz no es una meta, sino una decisión individual que se ha de adoptar con firmeza”, ha revelado la ponente, para añadir que, a nivel profesional, “la felicidad organizacional implica que la empresa estimule y alinee el talento individual con los objetivos empresariales”.
Tras enumerar las principales emociones que influyen en el ánimo de las personas (miedo, rabia, tristeza, alegría, ternura…). Escribano ha recomendado practicar la “bondad amorosa” como forma de trabajar las emociones negativas hacia los demás, transformándolas conscientemente en buenos deseos. “Lo que somos lo condicionan en un 50% la predisposición genética, en un 10% nuestras circunstancias particulares y en un 40% nuestra actitud personal, actitud que, bien trabajada, puede llegar a alterar esa predisposición genética”, según esta experta en bienestar que ha concluido su intervención enumerando una serie de reglas de oro de la felicidad: “ser agradecidos, dejar de pensar en lo que nos falta, generar relaciones sanas, aprender a pedir disculpas y a reconciliarse, y alegrarse del éxito de los demás”.