ENTREVISTA REALIZADA POR FLOR CID PARA LA PUBLICACIÓN MUY SEGURA
¿Cómo fueron los inicios de su trayectoria profesional? ¿Qué destacaría de aquellos momentos?
Después de terminar la carrera de Derecho, inicié la preparación para la oposición a Registros y Notarías, pero, debido a circunstancias personales, tuve que abandonar este camino repentinamente y no pude retomar mi vida profesional hasta años más tarde.
Sin embargo, la vida te sorprende cuando menos te lo esperas y, un buen día, coincidí con una querida profesora de Derecho Procesal, Sara Aragoneses -lamentablemente fallecida hace ya unos años-. Una casualidad que cambió totalmente el rumbo de mi vida. Sara me brindó la posibilidad de incorporarme a su Departamento de Derecho Procesal en la UCM al que todavía sigo unida. A partir de ese momento, comenzó mi actividad como docente, investigadora y de gestión académica.
Mis recuerdos de aquella época son de trabajo incansable, sin horarios y apurando al máximo todas las oportunidades que fueron llegando. Sin duda, todo ello fue posible gracias al apoyo de mis compañeros y muy buenos amigos del Departamento.
“Sara Aragoneses me brindó la posibilidad de incorporarme a su Departamento de Derecho Procesal en la UCM al que todavía sigo unida. A partir de ese momento, comenzó mi actividad como docente, investigadora y de gestión académica”.
¿Qué hitos laborales podría mencionar desde entonces y qué han ido significando para usted y su crecimiento profesional?
La maravillosa aventura de la docencia -que se convirtió en mi verdadera vocación-, comenzó en la Escuela de Práctica Jurídica de la UCM, en la que impartía clases a abogados y profesionales del sector jurídico. Fueron años de mucho trabajo y estudio, pero que recuerdo con un gran cariño.
Casi simultáneamente me incorporé al Centro Universitario Villanueva, adscrito a la UCM, como profesora de Derecho Procesal y coordinadora de curso, acabando esta primera etapa como Secretaria Académica. En paralelo, finalicé y defendí mi tesis doctoral logrando el Premio Extraordinario de la UCM. Al año siguiente, el Centro Universitario Villanueva me ofreció la Dirección del Área de Derecho y Empresa, puesto que ocupé durante una larga trayectoria y que me llenó de satisfacciones por todos los proyectos que pude poner en marcha y de los que me siento muy orgullosa.
Esta labor de dirección fue todo un aprendizaje y tuve la suerte de contar con un equipo de profesionales brillantes con quienes pude poner en marcha grandes proyectos: nuevos programas de formación, cursos, posgrados, seminarios, congresos nacionales e internacionales; nuevas publicaciones como la Revista de Innovación en Derecho y Empresa, el Anuario Jurídico, la monografía Mediación: presente, pasado y futuro de una institución jurídica; la celebración de los Premios de Estudios Jurídicos, etc.; y, sin duda, una de las más valiosas actividades, los encuentros con los Jóvenes Abogados y la red de Alumni.
Como no podía ser de otra forma, todas estas actividades académicas las compaginé con la investigación. Para ser un buen docente es imprescindible tener una sólida base investigadora. Fueron años de colaborar y dirigir publicaciones, congresos, ponencias, participar en importantes proyectos de investigación con la UCM, UNED, INAP, etc.; realizar estancias de investigación en la Universidad de Londres; impartir y dirigir cursos en otras universidades –tales como UIMP Santander, Girona, UNED, A Coruña, Salamanca, en el Instituto Cervantes, etc.-, o en el ICAM y en el ICAB; participar en tribunales de tesis y empezar a dirigirlas. Todo un mundo de conocimiento para compartir con mis alumnos.
Finalmente, y tras este largo pero maravilloso camino, fui acreditada por la ANECA con la categoría de Profesora Titular.
Desde mi último cargo, como directora del Grado en Derecho y de los posgrados del Centro Universitario Villanueva, me embarqué en un nuevo reto: el diseño del Máster de Acceso a la Abogacía con distintas especialidades –desde la asesoría de empresas, derecho de familia, hipotecario, práctica concursal o la más innovadora relativa a Legal Tech-, que, además, se conjugaba con la posibilidad de realizar un periodo de estancias internacionales en los cuatro continentes. Fue una etapa de grandes éxitos, que tuvo reflejo en lo más importante: el éxito profesional y personal de todos y cada uno de los alumnos.
Pero, nuevamente, en enero de 2020 la vida me sorprendió con la maravillosa oportunidad de incorporarme a un innovador y atractivo proyecto en el Centro de Estudios Garrigues.
“Para ser un buen docente es imprescindible tener una sólida base investigadora”.
Durante su andadura, ha publicado diversas obras, capítulos, artículos y ponencias. ¿Puede decirnos cuáles han sido sus focos principales?
He investigado en el ámbito del Derecho procesal civil y penal, desde todas sus perspectivas, así como en ADRS, mediación y arbitraje. Por otro lado, desde hace años he focalizado mis investigaciones en todo lo relacionado con la innovación docente en el marco de las ciencias jurídicas, la digitalización y los retos que ello supone en nuestro ámbito profesional. Además, uno de mis principales focos de estudio es el desarrollo de las clínicas jurídicas.
Desde este año es la directora Académica del Centro de Estudios Garrigues. ¿Cuál es su principal misión, así como los retos más inmediatos que afronta desde esta posición?
Este año, el Centro de Estudios Garrigues celebra su XX aniversario. El aniversario de una Law and Business School que comenzó absolutamente vinculada a sus orígenes, al mundo profesional; y, en concreto, a unas de las más importantes firmas del panorama nacional e internacional: el Despacho Garrigues. Con una sólida trayectoria y un prestigio diferencial, el Centro es un referente en la formación y transformación en profesionales y en la innovación de su oferta formativa. Fruto de este largo y brillante recorrido son los resultados: un elevado nivel de empleabilidad, el reconocimiento de los más prestigiosos rankings en Expansión, El Mundo o Forbes y, lo más relevante, el sello de nuestros alumnos en el mercado laboral.
En estos momentos, en el Centro de Estudios Garrigues estamos inmersos en nuevos e ilusionantes proyectos de expansión en la formación a todos los niveles. Acabamos de estrenar una nueva sede, con las más innovadoras tecnologías en el campus urbano de Alcobendas. De este modo, nuestros alumnos forman parte de un ambiente universitario internacional y multicultural, un lugar de encuentro seguro y de formación en la excelencia. Hemos iniciado el curso con la máxima presencialidad que autorizan las autoridades sanitarias y con mucha ilusión. Y no podemos tener mejor estreno que el celebrar, el día 8 de octubre, la XX edición del Premio Jóvenes Juristas con la presencia del Ministro de Justicia.
En definitiva, tenemos por delante un sinfín de proyectos que tienen como principal objetivo conseguir lo mejor de nuestros alumnos, brindarles las mejores oportunidades y poner a su servicio el gran potencial de nuestra comunidad educativa.
¿De qué manera se ha visto afectada su actividad por la actual pandemia sanitaria y cuáles están siendo sus líneas de actuación más destacadas al respecto?
Mi incorporación al Centro tuvo lugar un mes antes del estado de alarma. Fueron días muy complicados y llenos de incertidumbre. Sin embargo, el Centro consiguió transformarse, en tan solo 24 horas, en un entorno virtual, demostrando su excelencia y capacidad de adaptación una vez más.
La satisfacción de todos nuestros alumnos y profesores con esta nueva modalidad de enseñanza pudo comprobarse a través de distintas encuestas que revelaron que el 100% de nuestros alumnos y profesores estaban muy orgullosos de la rápida adaptación y la magnífica respuesta ofrecida en estos duros y difíciles momentos. Nuestra principal misión era conseguir que nuestros alumnos alcanzasen los exigentes objetivos de formación, la consecución de las mejores prácticas y, por supuesto, superar el examen de acceso, etc. A día de hoy, puedo decir que estoy muy orgullosa y satisfecha de que lo hayamos conseguido.
No cabe duda de que estos meses nos han servido para aprender, reflexionar y reforzar nuestro modelo académico con el objetivo de alcanzar la máxima excelencia, apostando firmemente, como no puede ser de otra forma, por la digitalización como herramienta clave para lograr el éxito profesional en el entorno actual.
En efecto, un pilar fundamental en esta nueva etapa es nuestro modelo académico de “Aprendizaje para la Excelencia HyFlex”. Un modelo académico flexible y personalizado que integra el aula presencial y virtual, rediseñando nuestros espacios de aprendizaje. Tanto la última tecnología aplicada a la educación, como nuestro claustro formado por profesionales que son referentes en su área, amplían exponencialmente las posibilidades de aprendizaje, con un enfoque eminentemente práctico que permite una inmersión real en el ejercicio profesional.
El próximo curso se presenta lleno de ilusiones, proyectos y nuevos propósitos compartidos con nuestros alumnos y Alumni, con las puertas abiertas a todas las iniciativas que puedan surgir.
“No cabe duda de que estos meses nos han servido para aprender, reflexionar y reforzar nuestro modelo académico con el objetivo de alcanzar la máxima excelencia, apostando firmemente, como no puede ser de otra forma, por la digitalización”.
¿Cuándo y por qué surge su vínculo con Women in a Legal World? ¿Qué le aporta en su día a día?
Mi vínculo con la asociación WLW, surge, desde el inicio, por lazos de amistad con sus fundadoras. El maravilloso equipo directivo de WLW, formado por Marlen, Clara, Ana, Noelia, confía en mí para un proyecto apasionante de formación: el programa de mentoring.
Este programa es un reto destinado a desarrollar el potencial de las alumnas del Centro de Estudios Garrigues pero, también, abierto a alumnas de otras universidades y jóvenes profesionales que se inician en el mundo jurídico. Tiene como eje el aprendizaje a través de la experiencia de las mentoras, como principal fuente de inspiración, dentro de un proceso en el que se establece una relación personal y de confianza que anima y motiva a la alumna de cara a su proyección profesional. En tan sólo 4 meses hemos conseguido más de un centenar de parejas de mentoras y mentes.
Está siendo una experiencia mágica -como la califica Clara, directora de Formación de WLW- y más en estos momentos tan difíciles que estamos viviendo; y la magia se produce en cada encuentro en el que se comparten experiencias, sueños e ilusiones, con generosidad, confianza y compromiso.
También hemos comenzado una inestimable colaboración con WLW Young en nuestra Clínica Jurídica. Estamos trabajando de forma transversal de la mano de instituciones de referencia en el mundo de las personas con discapacidad y, en breve, tendremos muy buenas noticias para nuestros alumnos y profesores con proyectos en marcha para empezar a trabajar y ayudar a los sectores más desfavorecidos de Madrid.
“El maravilloso equipo directivo de WLW, formado por Marlen, Clara, Ana, Noelia, confía en mí para un proyecto apasionante de formación: el programa de mentoring”.
¿Puede darnos su punto de vista acerca del papel que desempeña la mujer en el mercado jurídico, así como cuál considera que es su nivel de posicionamiento actual?
El papel de la mujer en todos los ámbitos, y no sólo en el jurídico, es crucial. Estamos todavía lejos de conseguir las metas que nos hemos propuesto, pero tenemos un apasionante camino que recorrer unidas. Estoy completamente segura de que la formación es, precisamente, el eje fundamental para alcanzar los objetivos de igualdad.
“El papel de la mujer en todos los ámbitos, y no sólo en el jurídico, es crucial. Estamos todavía lejos de conseguir las metas que nos hemos propuesto, pero tenemos un apasionante camino que recorrer unidas”.
¿Desea realizar algún comentario o reflexión adicional?
No hay recetas infalibles, pero, desde mi experiencia personal, puedo afirmar que nunca es tarde para perseguir nuestros sueños y lograr nuestros objetivos. Sueños que se alcanzan con trabajo, compromiso, ilusión y sacrificio.