WLWTech Entrevistas: Mujeres Sin TECHo de Cristal
MujeresSinTECHoDeCristal es un proyecto de WLW impulsado por su Comisión de Tecnología en el que buscamos visibilizar el talento femenino en el sector jurídico, con foco especial en las profesionales del mundo legal dedicadas a las áreas tecnológicas, propiedad intelectual e industrial o legal tech.
Periódicamente publicaremos nuevas entrevistas en las que, junto con profesionales ya consolidadas en el sector, daremos a conocer los perfiles, experiencias, carreras, áreas de interés y visiones de futuro de otras profesionales muy asentadas, pero con menor visibilidad en medios. Todo ello, con la finalidad de mostrar una parte del gran talento que abunda en el sector.
Isabel Venegas Follert
“Los Legal Project Managers (LPMs) tenemos un rol revitalizador al interior de los equipos legales: Con una mirada fresca fuera de la rutina del día a día, nuestra función es aportar sentido común, empatía, creatividad, capacidad de observación y escucha activa, todo ello con una visión estratégica 360º orientada hacia el futuro”.
Primero, vamos a hablar un poco de tus inicios en el sector legal ¿Cómo fue tu comienzo profesional y cómo te influyó en el resto de tu carrera hasta ahora?
Siempre he sido una persona autodidacta a quien le gusta aprender haciendo, por ello empecé a trabajar ya desde el tercer año de la facultad de Derecho como paralegal para un despacho de abogados en Santiago (Chile), donde tuve la oportunidad de trabajar con personas con una sólida ética profesional y alto nivel técnico en una amplia gama de materias. Dicho escenario, requería de un gran esfuerzo de coordinación para organizar los distintos asuntos que llevábamos y gestionar de forma correcta las expectativas tanto de los clientes como de los funcionarios de las reparticiones públicas y privadas con los que interactuaba…todo ello mientras cumplía con mis obligaciones como estudiante.
Esta primera experiencia tuvo un impacto positivo desde muy temprano en mi carrera ya que me enseñó el valor de ser ordenada, metódica y de escuchar antes de emitir un juicio. También aprendí que prácticamente el 100% de los potenciales clientes no te buscan sólo por tus calificaciones profesionales, sino que por tu capacidad de empatizar con sus dilemas y ofrecerles soluciones prácticas en línea con los cambios que buscan hacer en sus vidas.
¿Cuándo comenzaste a trabajar como legal project manager?
La verdad es que en mis 15 años de experiencia profesional tanto como paralegal y abogada in-house, siempre ha estado dentro de mis funciones la gestión de proyectos. He tenido la fortuna de trabajar para organizaciones ágiles que me permitieron liderar diversas iniciativas de mejoras internas y diseños de procesos muy desde el inicio.
Luego, como estudiante a tiempo completo del Máster de Derecho Internacional de los Negocios y del Diplomado Skills & Management para abogados de ESADE, me reencontré con la importancia del trabajo en equipo y la urgencia de que los abogados aprendamos competencias más allá de la puramente técnicas. Fue durante esta experiencia donde me volqué de lleno hacia la búsqueda de la innovación en la abogacía.
Sin embargo, fue a principios del año pasado donde vi con alegría que una consecuencia positiva de esta pandemia fue que en el sector legal iberoamericano comenzó a tomar fuerza la función de Legal Operations y el Legal Project Management como opciones de carrera a tiempo completo. Frente a este desafío, diseñé un plan de acción que me permitiera desarrollar en mayor profundidad estas habilidades de gestión: el primer paso fue obtener una certificación como Legal Project Practitioner del International Institute of Legal Project Manager (como parte del programa en Management Legal de la Universidad Austral de Buenos Aires) y el segundo, poner este aprendizaje en práctica como consultora independiente, tanto para el mercado español como para el latinoamericano.
¿Cuál fue tu primer trabajo en el sector?
Mi primer trabajo en el sector fue como gestora de contratos en una empresa de proyectos de infraestructura en Chile, ahí, al estar inmersa en un ambiente multidisciplinar rodeada de ingenieros, informáticos, profesionales de seguridad y recursos humanos, fue donde aprendí a hablar en “clave proyecto”: el foco estaba en proveer soluciones integrales para problemas complejos, donde la gestión adecuada de asuntos legales ligada a proyectos de construcción era un componente esencial, con el poder de inclinar la balanza a nuestro favor en un proceso de licitación competitiva.
¿Cuéntanos sobre un proyecto profesional que te haya marcado o sobre el que tienes un mejor recuerdo?
Durante mi paso como abogada in-house de una compañía internacional del rubro de la minería, uno de los proyectos profesionales que más me marcó fue la apertura de una filial en Perú. Este fue un desafío al que recuerdo con mucho cariño, porque requirió un trabajo de gestión del cambio y diferencias culturales importantes: el manejo de expectativas en cuanto a plazos y recursos entre una empresa norteamericana, asesores latinoamericanos y entidades reguladoras chilenas y peruanas.
Sin duda fue un ejercicio de arduo trabajo pero que resultó exitoso, en gran parte por el nivel de compromiso de equipo y el enfoque metódico en la solución de cada una de las tareas e imprevistos que se nos presentaron.
¿Cuál crees que es el principal reto al que se enfrenta la abogacía a corto plazo?
Si bien creo que hay varios desafíos a corto plazo como la “paquetización” de los servicios legales y la irrupción de profesionales no abogados en el mercado laboral jurídico, me quedo con la necesidad de la formación continua en competencias que engloban lo que llamo la santísima trinidad de la innovación: personas, procesos y tecnología: la abogacía debe asimilar con urgencia que en la combinación de estos tres elementos se encuentra la ruta hacia el éxito el cual será medido por el KPI más importante, que no es otro que el nivel de satisfacción del cliente.
Cada vez de habla más del project management en las carreras jurídicas, pero hace años no era tan habitual hablar de estas disciplinas en nuestra profesión. En tu opinión, Isabel, ¿Cuáles son las principales virtudes de contar con un project manager en los equipos legales?
Los Legal Project Managers (LPMs) tenemos un rol revitalizador al interior de los equipos legales: Con una mirada fresca fuera de la rutina del día a día, nuestra función es aportar sentido común, empatía, creatividad, capacidad de observación y escucha activa, todo ello con una visión estratégica 360º orientada hacia el futuro.
Asimismo, como un miembro de una estructura inter-funcional y multidisciplinaria, un LPM debe aprender a comunicarse en un lenguaje claro (sin leguleyadas), identificar el usuario final del problema antes de diseñar la solución (no empezar a construir la casa por el tejado), crear un espacio de contención para que los perfiles técnicos puedan dedicarse a lo suyo y en general, dotar de agilidad los procesos internos para estandarizar el “delivery” del servicio.
Como gestor de proyectos legales, ¿Cuáles crees que son los errores más importantes a evitar (especialmente para quienes se adentran en esta disciplina por primera vez)?
Uno de los errores más grandes es adoptar una mentalidad estática, como casarse con una metodología o marco de trabajo en particular sin tomar en cuenta las necesidades de tus clientes. La gestión de proyectos existe como tal en otras disciplinas, tales como en la industria de la manufactura o el desarrollo de software; tratar de encajarla en sus versiones más puras a la prestación de los servicios legales es un típico error, es necesario aplicar técnicas de experiencia de usuario, customer journey y mapas de empatía, para lo cual el Legal Design Thinking viene a complementar cualquier intento de implementación de mejoras tanto en la creación como en el desarrollo de servicios legales.
¿Podrías recomendar un libro o blog para quienes estén interesados en adentrarse en el legal project management?
Mis libros de cabecera son “Next Stage: Legal Project Management”, un compilado de artículos de algunos de los principales exponentes, y “Law by Design” de Margaret Hagan, que si bien está más orientado a Legal Design Thinking (LDT), recomiendo su estudio ya que LPM y LDT son un binomio inseparable. También recomiendo las guías gratuitas y materiales disponibles en el sitio web de Kanban University, disponibles en su mayoría en español.
Además de los libros, al tratarse de una disciplina relativamente nueva en el ámbito jurídico, recomiendo encarecidamente hacer networking y seguir en redes sociales a cuatro profesionales estupendas a quienes considero mis mentoras en esta aventura: Lilian Mateu (Kanban coach para abogados), Raquel García (Senior Service Delivery en Clifford Chance), Anna Marra (Councillor, Legal Project Management Global Advisory Council, International Institute of Legal Project Management) y Tessa Manuello (CEO de Legal Creatives).
Isabel Venegas Follert
PUESTO ACTUAL: Legal Project Manager (profesional independiente)
LA PUEDES ENCONTRAR EN https://www.linkedin.com/in/isabelvenegas/
Me enorgullece leer tu entrevista.